¿Esa planta que se veía tan bonita y llena de vida, de pronto ha ido perdiendo su antiguo esplendor para volverse débil, mustia o apagada? ¿Crees que tu planta se muere y no sabes cómo salvarla?
No te preocupes, es algo que nos ha pasado a todos los amantes de las plantas alguna vez. Lo importante ahora es que estás buscando soluciones para saber cómo salvarla. La buena noticia es que es muy posible que estés a tiempo de lograrlo. Cualquier planta hará lo posible por sobrevivir, así que sólo tienes que encontrar la causa de su afección para saber cómo ayudarla a recuperarse. ¿Y sabes qué? ¡Estás en el lugar indicado para descubrirlo!
¿Por qué mi planta se muere? Posibles causas y soluciones
1. Exceso de riego

Esta es la principal causa de muerte en todo tipo de plantas de interior. Si las hojas de tu planta se ponen amarillas y la tierra está húmeda, lo más probable es que la hayas regado en exceso. Además, el suelo húmedo y mal drenado puede dar como resultado la podredumbre de raíz. Esta puede detectarse fácilmente examinando las raíces: si están blandas y de color marrón oscuro es que lamentablemente la planta ha sido afectada por la enfermedad.
Solución: Una vez que esto ocurre hay que actuar rápido si queremos que la planta no se muera, para ello sigue los siguientes pasos:
- Con mucha delicadeza, limpia toda la tierra de las raíces y lávalas bajo el grifo, eliminando la mayor cantidad de tierra posible.
- Utiliza unas tijeras afiladas y desinfectadas para cortar todas las raíces que hayan sido afectadas.
- Elimina el resto de la tierra y limpia a fondo la maceta con lejía.
- Trasplanta la planta a una maceta limpia con un sustrato nuevo con muy buen drenaje.
- Riega tu planta sólo cuando la tierra esté seca.
- No fertilices mientras crecen y se recuperan las raíces ya que esto podría estresar a la planta.
2. Falta de riego
La falta de agua en las plantas provoca hojas secas, curvadas, puntas secas o marrones, marchitamiento y caída de las hojas. Además, el suelo se sentirá muy seco. Por suerte este problema es bastante fácil de resolver; si quieres salvar a tu planta antes de que se muera por la sequía, tan sólo tendrás que darle el agua que necesita.
Solución: Sumerge la maceta en un recipiente con agua y deja que la tierra se hidrate durante unos 15 – 30 min. Después retírala del recipiente y asegúrate de escurrir bien la maceta para que salga todo el exceso de agua por los agujeros de drenaje. En el futuro, trata de seguir una rutina de riego para que esto no te vuelva a suceder.
3. Falta de luz

Si notas que las hojas de tu planta palidecen, se caen o se vuelven amarillas, es posible que se deba a una carencia de luz solar. Muchas plantas de interior pueden soportar una iluminación más baja, pero siempre necesitarán de una cantidad mínima de luz para poder realizar los procesos necesarios para su nutrición.
Solución: Sitúa tu planta en una habitación muy luminosa o cerca de una ventana donde pueda recibir, como mínimo, unas 4 horas de luz al día.
Existen plantas fáciles de cuidar y de bajos requerimientos lumínicos, que soportarán mejor unas condiciones de luz más bajas. Sin embargo, siempre debemos asegurarnos que nuestras plantas de interior reciban suficiente iluminación para que puedan desarrollarse adecuadamente y no tener problemas.
4. Demasiada luz
Puede parecer razonable pensar que una planta no reciba nunca «demasiada luz» (ya que dependen de ella para mantenerse sanas y realizar sus procesos vitales), pero lo cierto es que demasiada luz solar puede ser perjudicial para el crecimiento de una planta y causarle daños físicos importantes si no se controla.
Cada especie es diferente en cuanto a la cantidad de sol que puede tolerar. Los signos de que una planta podría estar recibiendo demasiada luz solar son:
- Quemaduras
- Hojas marchitas
- Manchas marrones o negras
- Pérdida de color
Solución: Mueve tu planta a una zona más resguardada del sol. Si la tienes fuera de casa, llévala dentro y sitúala en un lugar donde reciba luz solar indirecta.
5. Falta de nutrientes

La deficiencia nutricional en las plantas de interior es muy común y se puede detectar fácilmente observando las hojas. Pueden presentar síntomas como:
- Hojas amarillentas o marrones (especialmente las inferiores)
- Crecimiento ralentizado
- Escaso follaje
- Hojas enanas
- Hojas que adquieren un tono morado o rojizo
Solución: Para solucionar la falta de nutrientes, utiliza un fertilizante indicado para el tipo de planta específico, siguiendo las instrucciones de la etiqueta. Recuerda que es muy importante no pasarte con la dosis como veremos en el siguiente punto.
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6. Exceso de fertilizante
La sobredosis de fertilizante puede ser devastadora para las plantas. Este problema puede reflejarse en signos como:
- Caída de las hojas
- Hojas amarillas, pálidas o marchitas
- Hojas con puntas secas
- Lesiones en tallos o raíces
- Crecimiento lento o nulo
Solución: Si crees que puedes haberte excedido fertilizando tu planta, riégala abundantemente para limpiar las raíces de todo el exceso de fertilizante posible. Permite que la tierra drene bien el agua sobrante por los agujeros de la maceta. Retira todas las hojas que estén secas o quemadas y evita volver a fertilizar en un tiempo prolongado.
La mayoría de plantas de interior sólo necesitan fertilizarse en su etapa de crecimiento activo, 1 o 2 veces al mes. Es importante seguir las instrucciones del fabricante para la administración del fertilizante, pero si quieres puedes reducir la dosis recomendada a la mitad para asegurarte de no correr riesgos.
7. Plagas

Las plagas son muy molestas y pueden afectar tanto a plantas de exterior como interior. La mejor forma de detectarlas es revisando frecuentemente nuestras plantas, de forma que podamos localizar el problema a tiempo para así poder atajarlo rápidamente. A menudo pueden producir señales como el debilitamiento de la planta, hojas dañadas o con manchas… Algunas de las plagas que más afectan a las plantas de interior son:
- Araña roja
- Cochinilla
- Pulgones
- Mosca blanca
Solución: Antes de nada, separa tu planta afectada de las demás plantas, ya que estas plagas se contagian y reproducen fácilmente. Dependiendo de la plaga podrá aplicarse un tratamiento distinto. En los casos más leves bastará con lavar o rociar la planta con agua y jabón neutro, y en otros casos habrá que aplicar un insecticida específico. Como pautas de prevención es recomendable revisar las plantas regularmente, mantener las hojas limpias y seguir una rutina de riego.
Productos recomendados contra las plagas:
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Preguntas frecuentes
¿Por qué mi planta tiene las hojas caídas?
Las hojas caídas y arrugadas a menudo son un signo de riego insuficiente. La mayoría de las plantas necesitarán, al menos, un riego semanal para un crecimiento sano (exceptuando cactus y suculentas cuyos riegos pueden espaciarse más). Si notas que tu planta se ha puesto débil y marchita, probablemente necesite un buen trago de agua para recuperarse.
¿Por qué mi planta no crece?
En primer lugar debemos tener en cuenta que si una planta no está en su etapa de crecimiento activo, por ejemplo durante el invierno, es normal que apenas crezca o lo haga muy lentamente. Sin embargo, si observamos que tampoco parece crecer nada durante la primavera o el verano, podría deberse a alguna de las siguientes causas:
- Uso de un sustrato inadecuado
- Falta de espacio para seguir creciendo
- Riego excesivo o insuficiente
- Sobreexposición a la luz solar
- Estrés causado por la temperatura
- Falta de fertilizante
- Exceso de fertilizante
Revisa cada uno de estos factores y trata de corregir cualquier problema en el cultivo o rutina de cuidados de tu planta y seguro que mostrará un crecimiento saludable en muy poco tiempo.
¿Por qué mi planta se pone amarilla?
La causa más habitual por la que las hojas de las plantas se vuelven amarillas es por riego excesivo o insuficiente. También pueden contribuir otros factores como un mal drenaje o que la planta tenga las raíces dañadas.
Otras causas comunes por las que esto sucede son: la falta de luz, temperaturas muy bajas, carencias nutricionales o fertilización excesiva.
¿Por qué mi planta se pone negra?
Las infecciones bacterianas o fúngicas y las variaciones de temperatura son las principales causas de las hojas negras en las plantas de interior. Además, también puede deberse a otras razones como una iluminación inadecuada, un mal riego o incluso que la planta esté afectada por alguna plaga. Debes identificar el problema cuanto antes y actuar rápido para evitar que la planta acabe muriendo.
¿Por qué a mi planta se le secan las puntas?
Suele deberse a la falta o exceso de riego, ambientes muy secos, altas temperaturas o un exceso de fertilizante.
¿Por qué a mi planta se le caen las hojas?
Nuevamente, suele ser motivo de regar demasiado o muy poco. La mayoría de problemas que tienen las plantas son causados por un riego inadecuado. Otros motivos de que se caigan las hojas de las plantas son: baja humedad, falta de nutrientes, plagas o enfermedades.
Conclusión
En definitiva, si tu planta se muere debes analizar a fondo todos los factores descritos en este post para saber cómo salvarla, pero recuerda que la mejor forma de evitar problemas o enfermedades en las plantas de interior siempre será con la prevención.
Trata de mantener una rutina de riego adecuada, evitando regar muy poco o en exceso y favoreciendo un buen drenaje del sustrato. Proporciónales la luz que necesitan y fertiliza (si es necesario) con la dosis adecuada de producto.
Por último, observa tus plantas regularmente para comprobar que están en buen estado de salud. Limpia sus hojas para evitar la acumulación de polvo y la reproducción de posibles plagas. Si detectas algún problema, actúa rápido y trata de corregirlo cuanto antes para impedir que se complique y pueda tener un triste desenlace.
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